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- #Constancia
- #Persistencia
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- #Objetivos a corto plazo
- #Gestión
Creado: 2024-12-09
Creado: 2024-12-09 10:38
En diversos medios se encuentran contenidos como estos: “Dominar el inglés en 3 meses”, “Conquistar la Suneung (examen de ingreso a la universidad coreana) en 6 semanas”, “Programa de adelgazamiento de 3 meses”. Se trata de contenidos que buscan satisfacer el deseo de quienes quieren resolver rápidamente las tareas que se les presentan.
A menudo, se les llama ‘cursos intensivos’. Se refiere a cursos que, como clases particulares personalizadas, resumen lo esencial y enseñan solo el método de resolución de problemas y la información que se debe conocer.
Personalmente, creo que no existe la posibilidad de terminar algo en poco tiempo. En el caso de la Suneung, sí lo creo posible, ya que hay una fecha límite y una edad socialmente establecida para presentarla. Sin embargo, en áreas como el inglés o la dieta, donde no hay un final definido, decir que se puede terminar en pocos meses no es lógico.
Aunque se haya logrado adelgazar en 3 meses, no se puede mantener esa figura para siempre. Quienes adelgazan rápidamente suelen enfrentarse al efecto rebote si no se mantienen. Se debe seguir cuidando la dieta y haciendo ejercicio.
Lo mismo ocurre con los idiomas. Alcanzar la puntuación deseada en el TOEIC u OPIC no significa que haya terminado. Incluso nosotros, cuyos hablantes nativos son el coreano, debemos seguir estudiando coreano. Debemos practicar el hablar en coreano para mejorar nuestra habilidad comunicativa. Los idiomas se deterioran si no se usan constantemente.
Es una sociedad demasiado ocupada. Siempre vivimos obsesionados con resolver las cosas rápidamente. Una vez que se completa una tarea, aparece otra. Y hay que resolverla rápidamente también. Luego aparece otra tarea y así se repite el ciclo. O también existe el deseo de descansar rápidamente, por lo que se quiere resolver las cosas rápidamente.
Es bueno ser rápido. Es bueno lograr muchas cosas. Pero me gustaría que se hiciera de forma constante. Si no hay constancia, aunque haya rapidez, hay que volver a la rapidez. De niños aprendimos la historia de la liebre y la tortuga. Gana quien persevera.
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